MIRADAS DE CINE

Si analizas mis cortos verás que en algún momento de la historia los personajes miran a la cámara y por tanto al espectador.

Esta tradición comenzó con La Tenia (1994), el primer cortometraje que realicé con mi pandilla del instituto: una historia de humor desmadrado en la línea de Agárralo como Puedas o Top Secret, donde mirábamos a la cámara con frecuencia para subrayar lo absurdo de algunas situaciones.

Diez años después volví a mirar a la cámara al inicio de Rata de Túnel (2004), cuando mi personaje está a punto de introducirse en un conducto por el hueco que ha abierto en la (cuarta) pared. Fue una mirada que apenas se distingue en la oscuridad, y una declaración de intenciones.

A partir de entonces las miradas a cámara se convirtieron en una constante en mis cortometrajes, como un recurso narrativo que busca la complicidad del espectador.

«Desmond» logra introducir a tiempo el código de activación de un festival
en 354 (2007), una pieza de ficción con la que parodié la serie Perdidos

Dafne guarda un secreto que Apolo desconoce y le guiña un ojo
al espectador en Cuando Apolo encontró a Dionisos (2009)

El director de una empresa mira a los empleados
que está despidiendo en el despacho de Al Compás (2013)

Ágata descubre el secreto de su pareja y juega
con él durante toda la historia de Error
(2015)

Ana, una joven «Youtuber», mira a la cámara
para dirigirse a sus seguidores en Pandora 2.0. (2018)

La Noticia del Año (2018) fue realizado como un reportaje televisivo
con miradas a la cámara, incluyendo la del presentador de informativos

Rafa, el protagonista de Llamadme Ismael (2020),
mira al espectador para contarle la historia de su abuelo

Los protagonistas de Como cada jueves (2022)
se miran entre ellos y a la vez miran al espectador